miércoles

Dia 03: Miércoles 8 de mayo 20002 La Rumorosa --- Mexicali

Nuevamente un amanecer nublado y frío. Desperté con el ruido de voces que venían del terreno de junto. Era la familia de Berta Se preparaban para salir a dejar a los niños a la escuela. Los tres en bicicleta. El papá se encargaba de inflar una de las llantas, que estaba baja. Me invitaron a tomar café. Les dic las gracias. Les dije que desayunaríamos más tarde, que no se preocuparan por nosotros, que se les haría tarde a los niños. Aproveché el momento para despedirme de ellos y agradecerles su hospitalidad. Me regaló él, una jaulita de plástico que vi en su patio, y que le pedí, “jaba” les llaman por aquí, muy resistente, que necesitaba para que los niños más pequeños pudieran subirse a ella y alcanzar a ver por el telescopio. De ese día en adelante, fue de gran utilidad durante todo el viaje, ya para cargar el equipo, ya de escalera, ya para meterla al agua, ya de mesa, ya de todo lo que se me ocurrió usarla. Acudimos a casa de Dorita al desayuno prometido. Nos recibió con machaquita con huevo y café con leche y nuevamente pan de la Rumorosa. Antes de las 10:00 AM, nos despedimos de ellos con la nueva promesa de volvernos a ver y narrarles todas las vicisitudes del viaje que apenas estábamos iniciando y mostrarles mas fotos.
Enfilé el cometa hacia el Ejido Dr. Gustavo Aubanel Vallejo, lugar donde está ubicada la Secundaria Técnica “Rafael Ramírez Castañeda”. Nos recibió muy amablemente el Director: Profr.y Lic. Oscar López Ramírez, quien nos brindó todas las facilidades para desarrollar nuestro proyecto “Astronomía por México”. Al término del trabajo, se realizó un pequeño acto cívico en el patio de la institución, para premiar a alumnos destacados en un concurso estatal, y aprovechó el Director para entregarnos ante el alumnado, la constancia y el reconocimiento a nuestra labor. Partimos de ahí con un grato recuerdo de sus atenciones.

Nos dirigimos entonces hacia Vallecitos, localidad cercana, en el Km 73 de la carretera Federal Mexicali – Tijuana, o Carretera de Cuota, Mexicali – Tijuana, 5 Km antes de llegar al poblado de La Rumorosa, Ahí se toma la desviación claramente señalada hacia Vallecitos. El tramo de terracería es de sólo 3 Km aquí se encuentra la zona de El Vallecito, Museo de Sitio, lugar protegido actualmente por el INAH y en donde se ha ordenado un hermoso paseo. En este parque hay senderos establecidos para conocer los diferentes conjuntos de pinturas rupestres; sanitarios, áreas para acampar, palapas y asadores. Se pueden visitar el sitio donde se encuentran petroglifos y pinturas rupestres, con figuras geométricas, zoomorfas y antropomorfas, así como metates elaborados por los antiguos “Kumiai”. Se han detectado hasta la fecha, más de 18 conjuntos en este sitio. Se pueden visitar a pie fácilmente 8 de ellos, entre los cuales figuran:
1. - El hombre del cuadro 5. - Conjunto El Diablito
2. - Conjunto Cueva del Indio. 6. - Conjunto El Hombre Enraizado.
3. - Conjunto Wittinñur 7. - El Corral.
4. - Conjunto El Tiburón. 8. - “El Hombre y el Sol”
Wittinñur. En lengua kumiai significa “Piedra pintada”.
El Diablito. (Observador del Sol); Es la figura de un hombre con un trazo en la cabeza a manera de cuernos, que señala cada 21 - 22 de Diciembre, el Solsticio de Invierno: ese día el sol entra a la cavidad, iluminando la figura como si fueran los ojos.

“El Diablito”. Pinturas rupestres. El Vallecito BC.


_ Los Yumanos de BC. - La etapa de la prehistoria en esta región, inicia desde hace 1500 años, y concluye a la llegada de los Españoles. Durante este período, floreció la familia lingüística Yumana, a la que pertenecen los 4 grupos indígenas actuales: Cucapá, Paipai, Kiliwa y Kumiai. El Vallecito fue una zona
Ocupada por los kumiai, que originalmente Vivian en el NW. del Edo. , Y al Sur de California, desde el Océano Pacífico, hasta el Oriente del Valle Imperial, y desde el Condado de San Diego en USA. , Hasta los límites del territorio PaiPai en San Vicente y Santa Catarina en BC. Este grupo étnico, recorría un amplio territorio comprendido entre la franja costera, la sierra, y las zonas áridas; tenían un amplio conocimiento del territorio y obtenían sus alimentos de los recursos del medio ambiente. Sabían perfectamente las temporadas de maduración de las plantas y la reproducción de las especies animales. Las pinturas rupestres de la región en la que se encuentra El Vallecito, pertenecen a un estilo denominado “Diegueño representacional”, y consiste en figuras de formas humanas y de animales, además de geométricas. Generalmente son pequeñas y rara vez alcanzan el tamaño real; son semejantes a las que se encuentran en la porción media de la península de BC. Los colores preferidos, eran blanco, negro, y rojo, que se elaboraban a partir de minerales, como el yeso, dióxido de manganeso y hematita. En ocasiones se utilizaba también, el amarillo y el anaranjado.
Recorrimos los sitios uno a uno, disfrutamos la caminata de aproximadamente 5 Km. Regresamos a la zona de acampar donde nos esperaba el cometa. Nos bañamos y comimos bajo los enormes encinos que tupen esa zona. Descansamos parte de la tarde, y esperamos a que el sol descendiera un poco más, para enfilar más tarde hacia Mexicali.
Emprendimos nuevamente la marcha con rumbo a Mexicali, por primera vez íbamos a bajar una cuesta tan empinada que es el descenso de La Rumorosa hacia el Valle de Mexicali. Una prolongada bajada sinuosa de unos 21 Km. Hasta el fondo, en la Laguna Salada. Nunca antes había manejado al cometa en una situación así. No tenía aún la experiencia, y esta sería la prueba máxima. Aquí aprendería lo que se debía hacer con él y sobre la marcha. Entronqué la autopista y sin sentirlo estaba ya en el descenso. El Cometa con su peso máximo de carga, se deslizaba con rapidez hacia abajo. Empecé a oprimir el pedal de los frenos. Empezó a disminuir su velocidad. 60.Km.x h.; 50; 40. Sentía que agarraba muy bien las curvas. Le solté el pedal nuevamente. De inmediato incrementó la velocidad. 50 Km x h.; 60; 70; Otra vez pulse el pedal del freno. Se empezó a vibrar un poco al apretar el pedal. Decidí entonces en una curva cerrada, probar frenar con el motor. Bajé la palanca de los cambios a 2. Un zumbido fuerte se dejó escuchar del motor y un brusco frenado me indicó que estaba funcionando como me esperaba. El zumbido aumentaba conforme el tacómetro me indicaba que el número de revoluciones en el motor aumentaban. Al salir de la prolongada curva, regresé la palanca a D. Inmediatamente cesó el zumbido, y el cometa se abalanzó rápidamente en el descenso, como si quisiera llegar pronto abajo. La siguiente curva se me acercó, y nuevamente el cambio a 2. Me di cuenta que de aquí en adelante, esta sería la tónica a seguir, frenar con motor y ayudarlo con el pedal, y así fue.
Las vistas durante el descenso son increíblemente bellas. Los cañones de escarpadas paredes de roca granítica, enormes montículos de rocas y piedras encimadas, blancas, contrastando con el café del fondo, el calor reverberando sobre ellas, la resequedad y desolación abajo de nosotros, el calor intenso que se refleja de las paredes lisas y graníticas de los cañones, hacen que la temperatura sea alta y sofocante. Abajo serpenteando por entre las rocas del fondo, se veía la cinta asfáltica del ascenso hacia Tijuana. Los vehículos padeciendo lo empinado de la cuesta, en su lucha contra la montaña, ascendiendo con dificultad. Los zopilotes en círculos concéntricos, impulsados por las corrientes calientes del fondo del cañón, giraban abajo por encima de la carroña de algún animal muerto. Daba esto al entorno un toque de vida, de movimiento a estas soledades infernales, donde el hombre tubo que luchar con este medio tan hostil, para llevar a cabo este portento de obra de ingeniería. El trazo de esta majestuosa carretera. A lo lejos como un enorme espejo gris, La laguna salada; vaso inmenso, reseco, donde en alguna era geológica, el mar se bamboleó cadenciosamente. Tolvaneras en forma de pequeños remolinos se ven mover de un lado a otra sobre el lecho seco de ella, como pequeños bucles que se agitan con la brisa sobre la cabellera de una joven.
Llegamos felizmente al fondo, a orillas de la Laguna Salada. Me sentí más relajado, había pasado la prueba de descenso y sabía que de aquí en adelante podía confiar plenamente en el cometa. Empezaba a obscurecer, Mexicali estaba a nuestra vista, el Cerro del Centinela pasaba a mi izquierda, se iba quedando detrás de nosotros. Rodábamos la recta final para entrar a la capital de la BC. Eran las 7: 35 PM.
Después de recorrer algo de la ciudad y enfrascarnos nuevamente en el conflictivo ir y venir de la circulación de las grandes ciudades, encontramos un estacionamiento muy grande frente a un parque de diversiones llamado Vicente Guerrero. Decidimos que ese era un buen lugar para pernoctar, y así lo hicimos. Caminamos un buen rato por el parque, hay en él juegos mecánicos para niños, andadores como para caminar y andar en bicicleta, fuente de sodas, teatro al aire libre, carpa para funciones diversas, un trencito que te pasea alrededor del lugar y puestos de vendedores ambulantes en el exterior, vendiendo golosinas y antojitos varios. Regresamos al cometa, cenamos y a la cama. Fin del día. Hora 9:30 PM. Temperatura en el interior del cometa: 28º C.; Humedad: 21; Presión barométrica: 30.1.



Pinturas Rupestres, Vallecitos. La Rumorosa, B.C.

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