martes

Día 23: Martes 28 de Mayo de 2002. El Rosario - Cataviñá - Santa Inés.

Hora: 5.52 PM. Temperatura: 26º C. Humedad: 25 Presión Barométrica: 28.5

Estacionados en el Rosario de Arriba, partimos esta mañana a las 6:30 AM. Con rumbo a Cataviñá.

Km 62. - Cruzando el Río El Rosario sobre un enorme y largo puente. De aquí en adelante empiezan unas subidas. Del lado izquierdo al finalizar el puente, podemos observar a lo lejos una enorme pared granítica que al recibir los rayos del sol, luce blanca e imponente, la gente del lugar le llaman “El Cantil, o El Castillo”.

Km 75. - En esta zona empezamos a observar los enormes Cirios y los grandes Cardones, que son de las más fascinantes plantas del desierto de la Baja.

Km 78. - Entronque para Puerto San Carlos a 60 Km por camino de tercería.

Km 88. - Entronque a la derecha por tercería a 5 Km. La Turquesa, mina de donde se extrae dicha gema.

Km 114. - Camino de tercería de 10 Km que lleva a la Misión de San Fernando Rey de España Velicatá. 1769 – 1818.

Poblado ubicado a orillas del Río San Fernando a 518 m. SNM. Valle fértil, protegido por montañas. Lugar en que fue construida la única misión Franciscana en la Península de la Baja California. Los indígenas la llamaban Velicatá o Guricatá. Este sitio fue descubierto por el padre Jesuita Wenceslao Link en 1766 quienes lo rescataron después de haber sido expulsados los misioneros Franciscanos de la Nueva España. El 20 de diciembre de 1768, el sitio fue visitado de nuevo y utilizado por el capitán Fernando de Rivera y Moncada como base para el avance de los franciscanos hacia la alta California. El primer Franciscano en el arroyo de Velicatá fue el Padre Juan Crespí, quién llegó el 22 de marzo de 1769, siendo seguido por el padre Junípero Serra y el Capitán Gaspar de Portolá, quienes se unieron con él, el 14 de mayo. El padre Junípero Serra la fundó el 14 de mayo de 1769 nombrando al padre Fray Miguel Campa y Cos , como padre ministro residente y se dic comienzo a la construcción de una iglesia y otros edificios de adobe. Para el abastecimiento de la misión, fue iniciado el cultivo de trigo, maíz, cebada y algodón. En 1773, se tenía una población indígena de 1,500 almas, mismos que fueron poco a poco diezmados por epidemias entre 1777 a 1780. La misión fue abandonada en 1818. Actualmente la población sigue utilizando los antiguos sistemas de riego de la región. Los únicos vestigios que quedan en pié, son unas cuantas paredes de adobe.

Km 116. - Rancho El Progreso.- Paradero en el camino con un restaurante con sabrosa comida, desayunos típicos californianos, con machaca, frijoles refritos y café, baños limpios.

Km 128. - Entronque hacia el mar con destino al Puerto Santa Catarina a 40 Km por tercería, pasando por el Rancho Santa Catarina y cercano al rumbo a los Ranchos: Guayaquil y El Águila, pequeña villa de pescadores y grandes extensiones de playas. No existe ningún tipo de servicios para el turismo.

Km 140. - San Agustín.- Rancho establecido en 1905 para proporcionar agua y suministros a la cercana mina de El Mármol, actualmente está abandonado.

Km 143. - Entronque de tercería a la izquierda, a 16 Km con dirección a El Mármol. Grandes cantidades de mármol fueron extraídas de estas minas y transportadas por una ruta de tercería hasta el puerto de Santa Catarina en las orillas del Océano Pacífico en la bocana del Río Santa Catarina a 75 Km del lugar. De esta Bahía el mármol era transportado a San Diego California USA. Una compañía americana se fundó en San Agustín por los años 1900 y trajo indios Yaquis de Sonora para trabajar las minas. Probablemente este sitio sea el único en el mundo en donde la escuela está construida de puro mármol. Desgraciadamente el tiempo y el vandalismo, se han encargado de destruirla poco a poco Actualmente el poblado está desierto, es un pueblo fantasma, sólo quedan los cimientos de las casas, las láminas carcomidas de carros antiguos y el panteón, únicos testimonios del esplendor de un pueblo. La brecha con rumbo al sur pasaba por este lugar, era la subdelegación de gobierno. Hoy en día, la carretera No. 1 transpeninsular pasa a 12 Kilómetros. de distancia de este punto. Pedacerías del material se hayan esparcidos por los alrededores de la mina. A 6km. del lugar por una brecha hacia el noreste, se llega a El Volcán lugar donde se puede observar como está formándose el mármol a orillas de un arroyo, centímetro a centímetro por miles de años. Esta zona es rica en criaderos de tecali, onyx y mármol

Km 155. - Pequeño manantial de aguas mineralizadas a la izquierda.

Km 161. - Las Vírgenes, zona fascinante de una gran cantidad de piedras encimadas y una inmensa variedad de cactus y plantas del desierto. La imagen de la Virgen de Guadalupe está pintada en una de las inmensas rocas. Buscarla en la zona donde se han plantado varios árboles del lado derecho de la carretera.

Km 171. - Cruce del arroyo El Palmarito, arroyo con corriente de agua constante, rodeado de palmeras y otra gran variedad de plantas del desierto.

Hora: 10:30 AM.

Nos detuvimos en este lugar para desayunar. Terminado el desayuno iniciamos una caminata siguiendo el lecho del arroyo por aproximadamente un Km y medio hacia dentro del cañón. Escalamos el cerro de La Mesa Palmarito en cuyas cuevas existen vestigios de Pinturas Rupestres, realmente hermosísimas, de colorido fascinante. En el interior de una de ellas, las pinturas cubren todas las rocas con figuras en colores: rojos, negros, amarillos, naranjas, verdes. Estos vestigios de los antiguos pobladores Cochimíes o Paipais, nos muestran que conocían ya una gran variedad de colores.

clip_image002

Mary en la cueva con pinturas rupestres. Catavina

clip_image004

Pinturas rupestres “Cataviñá”

clip_image006

Cometa frente al Río Palmarito. Catavina

clip_image008

Entrada de la cueva.Pinturas Rupestres.

Continuamos nuestro camino:

Km 174. - Cataviñá. Existe en este pequeño poblado un hotel de la antigua cadena “La Pinta”, venta de gasolina. No se confíen, sólo hay a veces, no es muy seguro de conseguir, por eso les recordé que llenaran el tanque de su vehículo en “El Rosario de Arriba”. En los alrededores de este lugar se puede gozar de caminatas y escalar los cerros cercanos.

Km 176. - Desviación hacia la izquierda al Rancho Santa Inés a 3 Km de pavimento en regular estado, de allí en adelante es pura tercería en muy mal estado, 35 Km para llegar al poblado donde se encuentran las ruinas de la antigua Misión de Santa Inés de los Ángeles o Misión Santa María de los Ángeles.

Esta misión, fue la última fundada por los Jesuitas en la Baja California. Fue dotada por la Duquesa de Bejar y Gandia, se inicia la construcción de un templo y otra habitación de adobe, en Mayo de 1767, donde intervienen sus fundadores; Victoriano Arnés y Juan José Díaz. Los frailes Franciscanos se hicieron cargo de ella a partir de 1768. Sus provisiones les llegaban por mar desde la cercana Bahía de San Luis Gonzaga, en el Mar de Cortés. Existe cerca, un pequeño manantial que se alimenta del río Santa Inés. El padre Arnés la separó de la Misión de Calamajué y fue finalmente abandonada. Sus habitantes fueron incorporados a la Misión de San Fernando de Velicatá. Posteriormente a este lugar se le llamó Cataviñá y se fundó a las riveras del río y el cañón del mismo nombre.

Nos estacionamos en los terrenos del rancho Santa Inés. Cobran $ 50.00 pesos por acampar en ese lugar. Hay agua y baños, así como pequeños cuartos en renta para pasar la noche. Encontramos una buena sombra bajo un gran Huisache y ahí nos quedamos a pasar el resto del día.

Por la tarde, después de que el sol disminuyó sus embates, Mari y yo salimos a caminar por los alrededores. El tufo de aire aún caliente que una leve brisa arrastraba por entre el cañón, traía consigo, trino de pajarillos. Croar de cuervos que sobre nuestras cabezas volaban tratando de alejarnos de sus territorios. Zopilotes girando en círculos en las alturas, como atrapados en un torbellino invisible, oteando en busca de algún animal muerto.

Anduvimos el cauce del río seco por espacio de un par de horas, caminando sobre la arena. Sobre guijarros y piedras de cantos rodados. A los lados del lecho seco, los cardones, los cirios, las choyas, las pitahayas, las plantas silvestres, todas ellas le dan verdor al desierto. Se alimentan del agua que extraen del subsuelo del lecho arenoso.

Regresamos con la penumbra a cuestas, llegando por el sendero a un pequeño tendejón. Platicamos con la señora Carmen, dueña actual del rancho y encargada en ese momento del paradero. Nos informó que este lugar es una parada obligatoria de revisión de los vehículos que corren la internacionalmente famosa carrera de vehículos off road; La Baja 1000, razón por la cual, el lugar tiene las paredes tapizadas de calcamonías de equipos de carreras de muchas partes del mundo, así como de ciudades; productos automotrices; fotos de corredores. Fotos de vehículos transitando la brecha durante la carrera por este lugar; tarjetas postales, y de presentación. Todo un sinfín de motivos sobre el evento.

En esos días la actividad reina completamente aquí y se llena de gente. Es la mejor época para ellos como negocio.

____Antiguamente ___ nos dijo Doña Carmen; hija de la finada Doña Josefina Zúñiga, fundadora del rancho.

___ Este lugar era el paso del camino de tercería con rumbo al sur___ aquí se detenían los pocos carros de gabachos aventureros; troqueros, comerciantes, fayuqueros; en fin, de tantos que pasaban por acá. ___Era parada obligatoria para cargar gasolina___ para tomar algún alimento que mi mamá les cocinaba ___

___Algunos se quedaban aquí a dormir, y mi mamá les alquilaba algún cuartito de los que tenemos allá enfrente, pa que se durmieran ai___ Y me señalaba la construcción que tenía a mis espaldas.

___Aquí a veces les arreglaban las troques___ Les desponchaban las llantas que se les fregaban___ Los mecánicos que trabajaban acá, les arreglaban o les hacían alguna pieza que se les hubiera fregado en el camino, porque, habían de ver, que malos estaban estos caminos en aquel entonces___

Le pedí una coca cola.

___No está muy fría___ Me dijo, mientras habría un refrigerador, de esos que funcionan con gas.

__Es que el gas no las enfría muy bien en estos días de tanta calor___Se disculpó.

___No importa___ le contesté___

___Viera usted___ ¿ en aquel entonces? ___

Retomó la charla mientras me extendía el brazo para entregarme la bebida, como queriendo no perder la hilación y la escena retrospectiva que en su mente se desarrollaba en aquellos instantes.

___Se traía la gasolina en tibores desde Ensenada___ Eran unos caminos Sr. ¡Que Dios guarde la hora! ___ Llegaban los pobres hombres, como si los hubieran empanizados___Todos llenos de polvo___

___¿La gasolina?___ La tenían que colar antes de venderla, porque ¿llegaba?, que parecía chocolate___Y a luego, tenían que sacarle también el agua que traía___ ¡Cómo se sufría en aquel entonces!___

___ Aquí era donde les decían a los que iban pa La Paj, como estaba el camino pa cruzar la Laguna, porque cuando llovía arto, nomás eran puros atascaderos de las troques___

___No, pero ya ahora, todo eso se acabó___

___¿Después que se estrenó la carretera pavimentada?___ Todo se cambió pa´donde pasa ora___ allá donde está el hotel ese___ Y señalaba hacia el este, con desparpajo.

___Y pues nosotros seguimos acá___Y sólo cuando pasa la carrera, es que nos va mejor___

___ Pero eso no es a cada rato, así que pues tenemos que esperar hasta entonces___

Continuó narrando una y otra de tantas vicisitudes que han ocurrido en dicho lugar, hasta el momento actual. De algunos problemas familiares. De los hijos. De sus anhelos. De sus sueños. Más al buen rato, se dic cuenta que el tiempo nos había devorado.

___¡Mire puej! ___ que ya se nos hizo oscuro___ Puej ya tengo que cerrar___ Me han de disculpar___

___Está bien___ le dije, ___No se preocupe___ también nosotros, ya nos tenemos que retirar___ Mientras le pagaba el importe de la Coca Cola.

___Nos vemos mañana por la mañana, si Dios quiere___ Que descansen bien___ Cualquier cosa que se les ofrezca por la noche, puej nomás nos tocan___

___Gracias, le dije, ___Que descanse usted también____ y nos despedimos de ella, llevando en mi mente, como en el cine mudo antiguo, las escenas de una película en blanco y negro, con aquellos movimientos acelerados de las imágenes, donde reconstruía todos lo pasajes que acababa de vivir de los labios de Doña Carmen

Este paradero, es un remanso de tranquilidad y paz, ideal para la meditación, la lectura, la contemplación del desierto, la caminata, el subir los cerros y sobre todo, el estar lejos de las aglomeraciones.

Antes de nuestra llegada a este lugar, se encontraban ya acampando aquí, un pequeño grupo de gringos ( 4 en total), 3 hombres y una mujer. El anciano de edad ya avanzada, su hija divorciada, cincuentona y dos amigos paisanos. Hicimos amistad con ellos y por la noche tuvimos una sesión astronómica, mostrándoles, a través del telescopio, a Júpiter y Venus, un par de cúmulos y estrellas dobles así como algunas constelaciones. Se retiraron a sus camionetas a dormir, como a las 9:30 PM. Nosotros nos metimos al Cometa a merendar, y posteriormente salí un rato más a continuar observando la Vía Láctea que se desparramaba sobre mí, salpicándome con el polvo del universo.

Al no haber energía eléctrica en esta región (ni indicios de que llegue pronto), el cielo es hermosísimo, pareciera que se coagula de oscuridad y salpicado de pedrerías relucientes formando figuras mil, de osas y centauros, dragones y serpientes……… que resguardan tesoros celestes escondidos entre las múltiples constelaciones

La gente del rancho se va a la cama con los últimos destellos de luz. Estarán de pie muy temprano en la madrugada, tratando de ganarle tiempo al astro rey y a sus despiadados saetazos incandescentes, que doran la piel más curtida.

Esperé hasta que Selene se asomara tras las colinas del cerro de Santa Inés, primero un tenue resplandor naranja, luego poco a poco su faz redonda, nacarada, como sonrojándose de mi presencia, para más tarde, tornarse pálida, en tanto el pueblo dormía ya bajo el silencio engrudado de su luz.

clip_image002[4]

Lecho del Río Santa Inés

clip_image004[4]

Río Santa Inés. Catavina

clip_image006[4]

Tendejón Rancho Santa Inés. Mary

clip_image008[4]

Cardón en el Río Santa Inés. Enoc

No hay comentarios.:

Publicar un comentario