martes

Dia 02: Martes 7 de mayo, 2002; El Hongo - La Rumorosa

Hace frío. Despierto buscando mi chamarra con rompevientos. Miro el reloj. 6:15 AM. Me subo la caperuza del rompevientos. La cabeza empieza a sentir la tibieza. Me pongo las calcetas y los mocasines de uso en casa. Leo el termómetro: 10 grados C.; Humedad: 65; Presión Barométrica: 27.6
Hoy empiezo a escribir esta bitácora narrativa. Encuentro que el asiento del copiloto es un lugar formidable para hacerlo. Tengo una vista panorámica del exterior, es cómodo y estoy lejos de la cama donde aún Mari permanece acostada. Procuro hacer todo esto con sigilo para no despertarla. Una cortina gruesa, verde, con rallas blancas y negras, separa esta sección del Cometa, de la parte de atrás. La aísla por completo de la vista del exterior, a la vez que me da privacía aquí delante. Anoto las vicisitudes del día de ayer, e inicio las de hoy. Trataré de llevar un record de los cambios ambientales diarios en cada lugar que visitemos.
Mari continúa dormida en la parte de atrás, podría seguir así hasta el medio día, si no fuera por el ajetreo que hago. Es de muy buen dormir, cosa contraria a mí. Es algo que nos cuesta trabajo compaginar. Nuestros relojes biológicos andan en distintos horarios. Se me antoja continuar en la cama por un rato más como ella.
6:45 AM. Veo pasar el autobús escolar que va por los alumnos de los ranchos y poblados de los alrededores. Ahora el primer autobús urbano con rumbo a Tecate. Amaneció con bruma. Se nota densa. Mucha humedad. Escucho el trinar de los pájaros, los oigo cerca pero no los veo, hay demasiada bruma, pero me alegran el alma. Se siente una calma hermosa entre la cortina grisácea de la bruma matutina. Ya escucho cantar los gallos. Es un amanecer de montaña. Es un bello amanecer. Tierra húmeda, con olor a pinos abetos, olor a madera.
Desayuno frugívoro a las 9:00 AM. : papaya, naranjas, y manzana, bañadas con yogurt y queso cottage. Café humeante y oloroso, acompañado con pan comprado anoche en el tendajón del pueblo.
Nos presentamos como a las 10:00 AM en la Dirección de la Esc. Sec.Técnica No. 30 “Jóvenes por el Progreso de México” Desgraciadamente el Director de la misma, no se encontraba. Con la atención del profesor encargado, procedimos a realizar nuestro trabajo. Montamos la exposición fotográfica. Durante los módulos de descanso, el alumnado observaba las fotos, mientras tanto en el centro del patio principal, coloqué el telescopio dobsoniano, con un filtro solar, procedimos a formar a los alumnos, para la observación de las manchas solares. A las 12, se realizó la plática astronómica en un salón de clases. La repetí con tres grupos distintos. Terminamos después de las tres de la tarde. Comimos en el cometa frente a la escuela: pollo, ensalada de verduras, sopa de noodles, jugo de naranja. Esperamos la llegada del director del colegio de bachilleres, para que nos entregara la constancia de nuestra estancia de la noche anterior. Partimos del poblado, como a las 4:00 PM.
Ya en el camino hacia La Rumorosa, y antes de llegar al poblado del Cóndor, me estacioné a orillas de la carretera, en una colina desde donde se dominaba el paisaje de la sierra, nos bañamos y cambiamos. ¡Ah! Que a gusto quedamos después de un rico baño con agua calientita. Permanecimos estacionados allí, hasta las 5:30 PM aproximadamente. Enfilamos luego hacia La Rumorosa, a donde arribamos a las 6:15 PM, fuimos de visita a casa de la tía de una amiga nuestra de La Paz. Viven; ella y su esposo, ambos jubilados, de los USA, en un trailer en las cercanías del poblado. Se llama Dora, le dicen Dorita de cariño. Nos recibió con mucho gusto. Hacía tiempo que le habíamos dicho que pasaríamos a visitarla algún día, así que fue una sorpresa para ellos el vernos llegar. Hacía años que les debíamos esta visita. Tomamos café con pan, tan famoso en el poblado. Son unas bellas personas. Charlamos largo rato, vimos fotos, y nos invitaron a desayunar al día siguiente, a las 8:00 AM.
Partimos hacia el entronque que va con dirección a las pinturas rupestres de Vallecitos. Una alumna del colegio de bachilleres, nos había invitado a pasar la noche en un terreno que tienen junto a su casa en el poblado, pues a ella le fascina esto de la astronomía. Tiene dos hijos, una niña y un niño. Nos recibieron con mucha alegría. No pensaron que nos animaríamos a llegar con ellos. Pasamos una velada astronómica en el patio de una casa muy bonita, perteneciente a unos gringos, y que ellos cuidan. Viven en un trailer, en el terreno de a lado. Nos ofrecieron la casota para dormir. Tenían lista la cama para nosotros. Les di las gracias, y les dije que preferíamos dormir en el cometa. Nos fuimos a la cama tarde, hacía ya mucho frío y los niños tenían que asistir a la escuela al otro día muy temprano.

En casa de Dorita y su esposo en La Rumorosa BC.

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