sábado

Día 20: Sábado 25 de mayo 2002. Camalú - San Quintín.

Hora: 5:24 AM. Temperatura: 14ºC. Humedad: 58 Presión B.: 30.4

Amanece. Los dos únicos postes del alumbrado con lámparas en esta calle, siguen encendidas. Un campesino madrugador pasa frente al Cometa con rumbo no sé dónde. Sigue de frente por la calle hacia el este. Todo solitario, semioscuro. Algarabía de pajaritos. El pueblo duerme, recogiendo el calor dentro de sus casas. Hora de partir. Preparo al Cometa para la jornada de hoy.

Hora: 6:00 AM. Partimos.

Km.169.- Colonia Guerrero. Comunidad agrícola sobre los bancos del Río Santo Domingo y a 6 Km de la costa del Pacífico. Moteles, gasolinera, tiendas, restaurantes. Entronque al poblado de Santo Domingo, a sólo 8 Km donde encontramos las ruinas de la antigua Misión de Santo Domingo, fundada en 1775 por Frailes Dominicos. Existe ya sólo remanentes de paredes de adobe. Cercano a la Misión aún se observa el antiguo cementerio construido por los frailes. Fue abandonada aproximadamente en 1839, cuando una epidemia acabó con los indígenas de la región.

Intensa actividad agrícola se desarrolla actualmente en esta región. Estas zonas antiguamente de chaparrales en décadas pasadas, ahora son una de las regiones agrícolas más importantes de la Baja Norte. Cultivos intensivos en ambos lados de la carretera. Todo el camino hasta llegar a San Quintín. Tomates, coliflores, ejotes, chiles, fresas, etc., se pueden observar creciendo en cientos de hectáreas irrigadas, que posteriormente serán exportadas a los USA. Campos abarrotados de jornaleros provenientes del sur del país. Los indígenas se mueven entre las plantaciones como espantapájaros negros, envueltos en indumentarias como de beduinos del desierto, soportando las inclemencias del tiempo. Gente que ha llegado acá, trayendo consigo su idioma, costumbres, alimentación, forma de vestir, etc., creando con ello una subcultura dentro de esta cultura del norte.

Km 172. - Camino a la derecha a: Posada Don Diego y Don Pepe´s trailer parks, a 3km. por tercería. Lugares para acampar en la costa.

Km 190. - San Quintín. La Bahía de San Quintín ha sido un punto importante de actividad humana desde hace miles de años. Los vestigios más antiguos son sus sedimentos concheros que reflejan la presencia indígena por estas costas. Familias Inglesas poblaron estos parajes a finales de 1800 y dejaron huella de su paso en el área conocida como Muelle Viejo. Las casas, el cementerio y otras construcciones, se han convertido en una razón para visitar esta Bahía.

El Valle de San Quintín formó parte de la concesión de Luis Huller, quién en 1900, cedió las tierras que rodean la bahía, a la Compañía Colonizadora y Exportadora de Baja California, conocida como la “Compañía Inglesa”.

Esta Bahía, posee una biodiversidad de gran valor; su laguna, esteros, playas y dunas, esconden su tesoro más valioso: el ecológico.

Hora: 7:58.AM. Estacionados en la avenida principal. Desayunamos un rico menudo en una fondita en cuyo exterior se lee “Comida Mexicana, Las Tres Palmas”, a $ 20.00 la orden, nos pareció un magnífico precio. El cometa está en la mera puerta del negocio. No tienen café preparado aquí, sólo soluble, así que decidimos mejor subir a tomarlo en casa. También venden agua para beber y como ya se nos terminó, pues de una buena vez compramos aquí. Día de lavandería, antes de llegar acá, vimos un negocio en esta misma avenida, a varias cuadra de aquí, iremos después de tomarnos nuestro cafecito con leche y su respectivo pan dulce. Lugar para chequeo general del Cometa, antes de dirigirnos hacia el interior de la península. Tengo que rellenar el tanque de agua, checar el correo en algún café Internet. Hay uno frente a la lavandería, así que aprovecharé el tiempo, mientras Mari lava.

Sobre esta avenida que se extiende a lo largo de la carretera N0.1, existe una choricera de negocios a ambos lados, en una extensión de unos 3 Km. Este es un centro importante de abastecimiento de toda clase de insumos necesarios en la región: bancos, supermercados, médicos, hospitales, hoteles, gasolineras, talleres mecánicos, refaccionarias, casas de cambio, etc. todo lo que se necesita en una gran ciudad. Un buen punto para abastecernos de todo lo que nos hace falta, antes de emprender la última jornada en la Baja California Norte. Avanzamos algunas cuadras y ahora estamos en el Ejido Lázaro Cárdenas. Mari lava, mientras tanto decidí hacer limpieza interna del Cometa; aspiré, trapié, sacudí y lavé ventanas y parabrisas, quedó por dentro, listo para varios días más. Nos dirigimos a la gasolinera y rellené el tanque de gasolina, el de agua. Mari aprovechó que estaba estacionado en los terrenos de atrás de la gasolinera, para echarse un regaderazo, mientras yo checaba los niveles de aceite, suspensión y llantas del Cometa. Todo funcionando a la perfección. Gran ventaja el generador de electricidad, podemos tener agua caliente para bañarnos y usar la aspiradora y todos los artefactos que funcionan con electricidad.

El Ejido Lázaro Cárdenas está separado de San Quintín, únicamente por el Río San Quintín, cruzando el puente estamos de uno y otro lado y la fisonomía no cambia casi en su aspecto. Polvo por todas partes como en toda esta zona. Ruido incesante producido por el intenso tráfico a ambos lados de la carretera. Muchísimo movimiento vehicular, camiones, traileres cargados de una gran variedad de productos agrícolas, autos de turistas, en su mayoría con placas de California USA dirigiéndose a los distintos destinos turísticos. Es fin de semana.

Espero a que Mari termine de lavar. Ladridos. Observo dos enormes perros encerrados tras unas rejas. Ladran a un famélico perrito callejero que pasa frente a ellos. Con sus rugidos y manazas, quisieran tumbar la reja que los resguarda. Es muy pequeño, se detiene, les contesta, ladrando con un tono agudo y débil, sin fuerza, de perro callejero, flaco, desnutrido, hambriento, con cara de tristeza. Se envalentona, los provoca a sabiendas que no podrán salir de su encierro para atacarlo. Se para frente a ellos molestándolos durante buen rato. Cuando se aburre, da la media vuelta y se aleja, dejando al par de grandulones desgañitados. Humillados se retiran hacia el fondo del patio a rumiar su derrota. Se echan en un rincón a continuar con su rutinaria mañana. Ahora sólo queda el zumbido de los motores, que por oleadas, se acercan y alejan, aumenta y disminuye como en un equipo de sonido que graduara los decibeles de intensidad. Un puesto ambulante de mariscos se vino a instalar a unos metros del frente del Cometa. Una mesa de plástico con 6 sillas del mismo material, blancas todas, con el logotipo Coca Cola. Un parasol rojo, amarrado a un costado de un carrito blanco también, construido de madera, con ruedas de bicicletas; sobre él, una hilera de botellitas rojas, conteniendo salsas picantes, catsup, mostaza, mayonesa; trastos de plástico de todos colores rellenos de verduras, limones partidos por mitad, cebolla finamente picada. Todo esto, lo trajeron en una pequeña vagoneta azul; además, un bote para la basura, también de plástico. Una pareja de edad mediana lo atienden, parecen ser marido y mujer, ambos con sus respectivos delantales y gorros blancos, también confeccionados con hule plástico. (vivimos en un mundo emplasticado). Cócteles de camarones, almejas, “vuelve a la vida”, cayo de hacha, etc., toda la gama de moluscos, crustáceos, mariscos en general que suelen servirse en estos expendios, además; ceviche y caldo de pescado; todo lo anterior, condimentado con polvo del camino, que como finísimo talco, se deposita sobre los manjares marinos dándole ese peculiar toque de la comida de la calle. Apenas están terminando de instalarse cuando arriban ya los primeros comensales. Se acomodan lo más cómodamente, buscando la poca sombra que les proporciona el parasol rojo aquel. Se saborean exquisitamente sus cocteles, envueltos en la fina capa transparente de color ocre, que el viento provocado por los vehículos que transitan sobre la carretera, a escasos metros del puesto, arremolina en su rededor.

Veo pasar más paseantes gabachos, ahora unos remolcando un yatecito. Ahora una pickup con 4 tricimotos. Ahora una camioneta con 3 bicicletas en el toldo. Pasan y pasan, unos tras otros, en un conteo interminable. Zumban y zumban al ir pasando, incesante, monótono. Ahora un camión cargado con madera, nueva, brillante, limpia.

Son ya las 12: 25 PM., la temperatura en el interior del Cometa ha aumentado: 25ºC.; Humedad: 39; Presión B.: 30.4. Sólo escribo y espero a Mari, mientras escucho a Brahams en el tocadiscos.

clip_image002

Jardín Principal, San Quintín BC.

1 comentario: