domingo

Dia 07: Domingo 12 de mayo 2002 San Felipe –Estero Persebú

Amanecer en el Mar de Cortés, el sol aparece por encima de la línea tenue del horizonte, inmediatamente nos deja sentir su rigor. Día de ir a misa, así que hay que arreglarse pronto para estar listo a tiempo. Regresamos al centro de la ciudad para asistir a la iglesia de la Gualupita, cercana al malecón. Después de misa, nos abastecemos de lo que nos hace falta y partimos con rumbo al sur. Nuevamente en camino, sobre la ruta No. 5. Son las 12:00 hs, el calor es bastante agobiante ya.

Millas: 193,258___ Por favor toma nota___ Le digo a Mari, quien como una buena copiloto, sabe ya la rutina de las anotaciones de datos y observaciones en la bitácora.
Saliendo de la ciudad. la carretera se bifurca. Me sigo de frente. Unos Kilómetros. adelante la carretera se termina exactamente en el estacionamiento del aeropuerto, de modo que para ir al sur, debí haber tomado la desviación de la izquierda que decía Laguna Chapala, donde estaba el puesto de revisión del ejército, a la izquierda. Regreso al punto del crucero y ahora si me dirijo al sur.
___Con este calor y yo equivocando el rumbo____ Le comento a Mari, quien sólo se ríe.
___No te rías de mis tarugaciones ____ Ymás se ríe.
El calor es tan intenso, que a veces me saca de mis casillas. La hora no es la más propicia para hacerse a la carretera, amodorra, hace doler la cabeza, aturde, fatiga.
___Lo bueno es que sólo son 20 Kilómetros. los que vamos a recorrer___ Le digo, como dándome ánimos.

Km 10. - El Sahuaro.-al oeste se divisa el Cerro Punta Estrella, y al este, la brecha para el campo Punta Estrella. Adelantito está la desviación de tercería que va al Valle de Los Gigantes, rodeando el cerro.

Km 17. - Aquí inicia la Delegación de Puertecitos.

Km 20. - Desviación hacia el Este con rumbo al Estero Persebú. Sólo son tres Kilómetros. de tercería en muy buen estado, bien vale la pena recorrerlos y disfrutar de este lugar fabuloso. Campamento, restaurante, trailer park. Tienen instalaciones de palapas, baños con regaderas, agua, botes de basura. Costo por vehículo por noche, $ 100.00. Pasamos toda la tarde contemplando los cambios tan marcados que hace la marea. Escenario maravilloso; la fauna abundante de pelícanos y gaviotas, por cientos, amontonados en un pequeño brazo de tierra que me queda justo enfrente, y que forma parte de la entrada del agua del mar hacia el estero. Sentado junto al cometa, sobre la fresca arena, a lo lejos, sobresaliendo sobre la línea del horizonte, a simple vista, distingo una blanca roca imponente que está en la orilla opuesta, allá en las costas de Sonora; es el famoso monolito de Puerto Peñasco, que a la distancia, semeja un trasatlántico surcando majestuosamente el Golfo de California. Rápidamente subo al cometa, y bajo los binoculares para deleitarme aún más con tan bello espectáculo. Arriba del horizonte, unos brochazos tenues, blanquecinos, pintan el lienzo azul del cielo, claro, diáfano. Distingo claramente la curvatura de la tierra, y lo único que interrumpe su línea, es el promontorio aquel, a lo lejos, al otro lado del mar. La brisa se siente tibia a esta hora del atardecer. El mar se tiñe de un café verdoso. Las parvadas de aves Martín Pescador, piando incesantemente, se dejan caer, rozando apenas con las puntas de sus patas las olas, recogiendo deprisa sobre ellas, cosas invisible, repitiendo la escena una y otra vez, en un interminable ir y venir. La marea ha llegado casi a su máxima altura, se nos ha acercado tanto, que está a escasos centímetros de la trompa del cometa, que plácidamente descansa, olfateando el olor salobre de la brisa húmeda del Mar de Cortés. Ha rodado muchos Kilómetros. ya, atravesando estos desiertos tan calurosos, protegiéndonos en su interior, de las inclemencias de afuera. Rueda Km tras Km con ese su ronroneo cadencioso, y yo, lo ayudo, dejándolo correr a su paso, sin cansarlo, como se trata a un caballo fino, que tendrá que galopar mucho, mucho.
El mar no se cansa de su quehacer diario, apenas llegó hace unos minutos a lamer esta orilla; nos miró, nos regaló su tibieza, y recomenzó su retorno, mar adentro, para nuevamente dejar al descubierto hoquedades, rocas, pequeñas piscinas, y un sinfín de habitantes de sus aguas que no pueden seguirlo en su viaje, y se esperan allí, pacientemente, a que mas tarde regrese a bañarlos por un corto tiempo.
Es increíble el cambio de los niveles del mar con el subir y bajar de la marea. En tanto que este mismo mar, que baña las costas de Cabo San Lucas, levanta un metro el nivel allá; aquí, en esta playa, puede alcanzar hasta 10 metros de diferencia. Se puede ver como el agua se retira, se aleja, y se aleja, y más tarde regresa, y regresa, lentamente, como no queriendo tomarnos por sorpresa, sino que nos da la oportunidad de disfrutarlo, de asombrarnos con su magnificencia y poder.



Atardecer en el Estero Persebú, BC


Veo acercarse un escuadrón de pelícanos en perfecta formación. Se distinguen como pequeños puntitos negros en la línea que divide el cielo del horizonte. Siguen a su líder en vuelo perfecto, rozando casi sus alas. Se comunican las ordenes como diestros pilotos. Aletean al mismo ritmo y se dejan llevar por las corrientes tibias que soplan del Oriente. Uno, dos, tres, cuatro, cinco aleteos, y después, sólo se deslizan sobre esa pista etérea de color azul cielo. Se ordenó, ¡Viraje al Oeste! Y todo el escuadrón se mueve como uno solo. Los veo descender uno a uno, lentamente, como en cámara lenta. Parece que dibujan sus movimientos. Se posan sobre el islote que emergió como por arte de magia frente a mí. La marea me lo dejó justo allí, donde pudiera contemplarlo largamente, a él y a los cientos de alados moradores que llegan a pernoctar después de largos vuelos de allende el mar.
El monolito de Puerto Peñasco se va perdiendo poco a poco en el horizonte. Apenas si lo distingo ahora, y el mar, se ha ido a dormir a la otra orilla, sobre las costas de Sonora.
Una Garza de cuello largo y gris, con un copete negro, engalanada con dos sobresalientes plumas en la frente; camina altiva, erguida, con paso gallardo, entre las rocas que la marea ha ido desnudando centímetro a centímetro. Sus ojos aguzados, escudriñan el lecho lodoso en busca de pequeños moluscos que aún no se han podido ocultar.
La tarde ha caído ya. Se escucha el murmullo del río. ¡Sí!, de un río en el estero. Un río de agua salada que se desliza estruendoso siguiendo al mar que huye de él. Lo sigue. No quiere quedarse solo encerrado en el estero esta noche. Deja abandonado su tesoro, que horas atrás escondía celosamente. Piedras multiformes, cantos rodados de variados colores, de matices difíciles de igualar, conchas de variedades mil, erizos negros y amenazantes, con sus púas apuntando en todas direcciones cual rosas de los vientos, prestas a hendirse en el que ose perturbarlos, cangrejos de todas las edades que huyen desnorteados, caminando como ebrios, con un su andar de lado…… filosas percebes adheridas a las rocas.
La isla que surgió de la nada, ahora está a nuestro alcance, podemos ir a estampar nuestras huellas sobre ella, como si fuéramos los primeros hombres en hollarla. La colonia de aves, se ha movido más al sur, como queriendo estar en mayor intimidad, lejos de nuestras miradas curiosas.
Una capa grisásea se empieza a extender sobre nosotros, va obscureciendo poco a poco el horizonte. Ya no veo el río de mar pero lo escucho, se va apagando su rumor dando paso al silencio de la noche y al suave murmullo de las tenues olas que a lo lejos nos llega con la brisa.
Mari regresa de caminar por la playa, con los últimos rescoldos de luz. Trae consigo más de los tesoros del mar, mas conchas, que por montones, ha ido colectando en las distintas playas que por años hemos visitado. Tiene varias cajas repletas de ellas, aguardando pacientemente en la casa de La Paz, a que un buen día, pueda darse a la tarea de seleccionarlas.

___! Mira que preciosas conchitas me hallé ¡____Mostrándome sonriente, sus hallazgos.
___Para que quieres más de lo mismo___ Le digo con tono de enfado.
___! Ya traes una buena cantidad de ellas en la parte de atrás del cometa ¡____
___ Es que no me puedo resistir de recogerlas ___ Se justifica con voz suplicante.
___ ¡ Está bien! ___ Le digo.
___Ponlas allá mismo___ Y se le ilumina la cara, como chiquilla que ha logrado su objetivo.
___ ¡Parece que no haremos astronomía esta noche ¡___! La bruma sigue invadiéndonos ¡___ Le grito para que me escuche en la parte de atrás del cometa. , donde disfruta de sus conchitas, frotándolas suavemente, acariciándolas, como su gran tesoro.
___! Bueno ¡, Ya será mañana ___ Me contesta con gran desparpajo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario