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Día 19: Viernes 24 de mayo, 2002. Eréndira - San Vicente - Camalú

Hora: 5.52 AM. Temperatura: 15ºC. Humedad: 56 Presión B. 30.4

Un poco cansado desperté el día de hoy. Fueron bastante las actividades del día de ayer. Nos levantamos temprano para estar listos para la cita de esta mañana a las 7am. Desayuno frugívoro y rápido. Nos arropamos bien pues la mañana está fría. Hace un poco de brisa del mar, además de la humedad. Nos presentamos en las oficinas de “BC. Abalone” a las 7 AM. Fuimos recibidos por: El Oceanólogo, Roberto Marques; El Biólogo, Alfonso Orozco; La Bióloga, Rocío Mancilla. Recorrimos con ellos, cada cual explicándonos sus respectivas secciones en el enorme complejo. Es un conjunto de galeras enormes, en cuyos interiores están instaladas unas series de tanques de material de fibra de vidrio, de unos 5 mts. de largo por 1 y ½ mt. de ancho, donde el proceso inicia desde la captura y desarrollo de los pies de cría, que serán fecundados para producir los millones de ejemplares que se desarrollarán en las distintas secciones conforme vayan creciendo, hasta alcanzar su madurez, etapa en la que el abulón adulto, deberá llegar a medir 4 pulgadas como mínimo, para llegar al mercado Japonés, a un costo por pieza de: $ 19.00 dlls. Este conjunto está ubicado a orillas del Océano Pacífico, de donde se bombea el agua de mar, y por medio de canales se distribuye a los cientos de tanques de reproducción, filtrándola, aireándola, a un ritmo de reciclaje de 20 galones por minuto. Se planea producir 3 millones de abulones al año. Por el momento sólo están obteniendo ganancias de $ 1,000 dlls a la semana. La compañía a invertido hasta el momento un total de $11 millones de dlls. la forma un consorcio de inversionistas gringos, que esperan recuperar su inversión en un futuro muy cercano. Laboran en este lugar un promedio de 60 empleados, entre científicos, investigadores y empleados manuales. Todos los equipos, materiales, etc. son traídos de USA. y de otros países del mundo. Realmente una empresa y obra titánica.

Regresamos a la ruta No. 1.

Km 89. - Entrada a San Vicente Ferrer. Antes de entrar al poblado hay una desviación hacia la derecha, con un letrero que indica el camino hacia las ruinas de la Misión. Aproximadamente a 3 Kilómetros de tercería en buen estado.

Existe una gasolinera, varias tiendas sobre la misma carretera, algunos pequeños restaurantes.

Poblado agrícola y ganadero, asentado sobre un valle formado por la cuenca de la vertiente del Pacífico Noroeste, a las faldas de la Sierra de San Pedro Mártir.

Esta zona fue habitada hace miles de años por indígenas de origen Yumano y de su paso por estas tierras, existen diversos vestigios, que forman parte del patrimonio histórico y cultural de San Vicente. Existen testimonios de la etapa histórica conocida como La Época de los Grandes Ranchos. A sus alrededores, su riqueza natural y la belleza de sus paisajes; compuesto por valles, montañas, un arroyo, un bosque de pino costero y un espléndido litoral con gran variedad de playas.

Visitamos el Museo Comunitario “Altagracia de Arauz”, a un costado de la Delegación; cuenta con una muestra permanente de objetos y fotografías de la comunidad, desde su etapa prehispánica, hasta la de los Grandes Ranchos.

Existe una zona de vestigios de arte rupestre. Petrograbados. A un costado del arroyo San Vicente. La información de como llegar se la dan en el Museo Comunitario

Misión de San Vicente Ferrer.

Estamos estacionados al pié de una colina, en cuya cima están las ruinas arqueológicas de lo que fue la Misión de San Vicente Ferrer. Entramos a visitarla. No había nadie que nos abriera la reja de entrada. Entramos al cementerio que está junto al sitio. Descubrí una rejita que da acceso al conjunto de la misión por un costado. La abrí clandestinamente y entramos al sitio. Es un conjunto en rescate por el INAH. Basamentos de paredes de piedra. Algunas paredes de adobe aún en pie. Tercera misión en la Ruta del Camino Real Misionero de Las Californias. Fundada en 1780-1849, por los Frailers Dominicos: Miguel Hidalgo y Joaquín Valero.

Mary rumbo a las ruinas de San Vicente Ferrer BC. Mary rumbo a las ruinas de la Misión de San Vicente Ferrer B.C.

Estas ruinas forman parte de la ruta que iba hacia el norte a La Alta California, y hacia el sur, a la Misión de Loreto. En su época fue la Capital de la Frontera. Su población en el año 1787, era de 317 indios, en su mayoría Pai Pai. Las estructuras remanentes de adobe, nos recuerda los claustros de los conventos y monasterios de la Nueva España.

Interesante lugar. Una colina con vista al Río San Vicente que corre abajo entre una tupida maleza verde. Río ancho, cuyo caudal baja de la lejana Sierra de San Pedro Mártir y su cauce se desliza hacia el oeste, rodeando el Cerro San Vicente, dando origen al Cañón de San Isidro, que lo conduce hacia el Océano Pacífico, desembocando en el Ejido y Bocana Eréndira, formando mantos freáticos en el subsuelo, que los agricultores aprovechan, para extraer el vital líquido y hacer florear esos valles a lo largo del cañón.

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Ruinas de la Misión de San Vicente Ferrer BC.

Visitamos la Esc. Sec. Técnica de San Vicente. Hoy se festeja el día del estudiante. No laboraron. Como es fin de semana, tendríamos que esperar hasta el próximo lunes para contactarlos, así que la dejaremos pendiente, para alguna otra ocasión. Partimos más tarde nuevamente hacia el sur siguiendo nuevamente la Ruta No. 1

Km 96. - Rancho Santa María. Grandes extensiones de sembradíos de nopales. Adelantito se extiende el hermoso Valle Llano Colorado, sembrado de viñedos, olivares, y muchas otras variedades de árboles que no distingo que sean y que le dan un hermoso verdor.

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Valle Llano Colorado

Km 126. - Cruzando el puente entramos a Colonét. Desviaciones de aquí hacia el Océano Pacífico: San Antonio del Mar a 11 Km por terracería y a Punta Colonét; 13 Km

Km 140. - San Telmo. (de arriba) a 9 Km hacia la izquierda; poblado con pequeñas tiendas y venta de gasolina. Ruinas de la antigua Misión de San Telmo, construida por fraileres Dominicos en el año 1800. Este lugar fue visitado por primera vez en el año de 1769, por Fray Junípero Serra. Rancho Meling, a 52 Km; Rancho con hospedaje y lugares para acampar; alberca, alquiler de caballos para visitar los alrededores. Observatorio de San Pedro Mártir, a 106 Km. Todos estos caminos son de tercería. A 3,100 mts. SNM. se encuentra el telescopio más grande de México, perteneciente al Observatorio Astronómico Nacional. Las vistas desde este lugar son maravillosas. Se pueden observar ambos mares en días claros y despejados. Les recomiendo No intentar este viaje en vehículos comunes y corrientes. Sólo para vehículos altos y doble tracción de preferencia.

Km 157. - Camalú. Entrando al poblado nos dirigimos directamente a la escuela secundaria, el alumnado estaba saliendo ya, las labores del día habían terminado. Funciona como Preparatoria en el turno vespertino, pero no tendrán clases el día de hoy por ser día del estudiante. Acudimos a la Delegación de policía. Nos permitieron exponer nuestro proyecto en el parque principal. Tendremos una sesión nocturna de astronomía a partir de las 8:00 PM.

Nos hemos estacionado al costado norte del parque. Clásico parque Mexicano. Kiosco en medio. Gradería de cinco niveles para el público, frente al kiosco, para disfrutar de los eventos que se desarrollan algunas veces en dicho lugar. Pirules, eucaliptos y otras variedades de árboles de la región rodean y tupen el parque. Se han desarrollado muy bien, produciendo buena sombra. Todos polvorosos, verdes grisáceos. Seis pasillos de concreto convergen al centro dando acceso al kiosco. Bancas de concreto, encaladas, circundan el parque. El día de hoy, niños de la escuela primaria vinieron a sembrar arbolitos. Hacen agujeros en la tierra, aquí y allá. Algunos trabajan afanosamente. La mayoría juega. Otros en bicicletas recorren los pasillos.

Son ya las 2:39; es hora de comer. Mari prepara las alcachofas que nos obsequiaron en el Ejido Eréndira. Un vendedor de paletas, pelo cano, de la tercera edad, se para con su carrito de paletas frente al Cometa. Se nos queda viendo. El carrito trae una leyenda que dice: “Paletería Camalú”. Suena las campanitas queriendo llamar mi atención, a ver si me animo a comprarle una. Lo logra. Me bajo y le pido una de limón. Realmente no se me antoja, pero lo hago por ayudarlo, ya que no he visto que nadie le compre nada desde hace mucho rato. Llegan unas alumnas de la Secundaria No. 105. Leo el estampado en su sudadera gris. Se trepan a una de las bancas y se sientan sobre el respaldo bajo la sombra de un pirúl. Son cinco, se entretienen en el jardín, platican, ríen. Hacen tiempo, no parecen tener prisa de llegar a sus casas.

Camalú; Otra colonia más nacida a orillas de la carretera No. 1. Ruta hacia el sur de la Baja. Se desparrama el poblado hacia ambos lados de la carretera, única vía pavimentada. Como si las casas se hubieran ido cayendo de un trailer que pasó a gran velocidad no hace mucho tiempo. Ninguna otra calle más tiene pavimento. El polvo reina en este poblado. Casas en su mayoría de madera. Población obscura, quemada por el sol. En su mayoría indígenas venidos del sur, Oaxaquitas que vienen a trabajar en las labores del campo; viven en inmensos galerones de madera en las orillas del poblado. Madres jóvenes con niños en los brazos. Indígenas de cabellos lacios, como púas grises embadurnadas de polvo. Niños que juegan en los columpios, las resbaladillas y los andrajos de juegos que sobreviven en el jardín. Una resbaladilla descolorida, lámina brillante de tanto desgaste, caliente como comal bajo los rayos ardientes del sol. Casas con respiraderos en el techo, como turbinas, giran impulsadas por el aire que en este lugar sopla incesantemente. Introducen a los hogares aire del exterior, con su respectiva dosis de polvo. Techos de lámina de zinc. Tienditas de todo, como en todos los pueblos, por aquí y por allá. Carcachas de vehículos usados traídos de la frontera, traqueteados, oxidados, cuyos colores están empanizados de polvo, levantan polvareda en su rodar por las calles del pueblo. Así vive Camalú su emporio agrícola, comercial, cosechando vegetales, verduras, frutas y demás productos agrícolas que se expenden en los grandes supermercados de los USA.

___Escucho un ruidito____ Me dijo Mari.

___Ven para acá atrás ____ señalándome abajo. Al acercarme escuché un ___ Tic, Tic, Tic ___

___ Es la alarma del refrigerador ____ Le dije. ___ Se nos ha terminado el gas ___

Un foquito de color naranja en la parte inferior del refrigerador, centellaba intermitentemente, a la vez que producía un ruidito, alertándonos que la unidad ya no estaba trabajando. Apagué el refri, el foquito también se apagó y el ruidito cesó

___ Llegó la hora de cambiar el tanque ___ Voy a subir a la canastilla a bajar el repuesto___ Le dije a Mari, mientras sacaba la herramienta necesaria para la labor. Subí y deslicé el tanque de gas de repuesto, ayudándome de una cuerda.

___ ¡ Recíbemelo con cuidado ¡ ___ Le pedí a Mari. Lo instalé. ___ Pásame un poco de jabonadura para checar si no tenemos fugas ___ Marí subió y bajó con la jabonadura.

___ ¡ Todo está bien ¡___ Ahora a subir el tanque vacío ___ Y la maniobra se repitió, pero a la inversa.

____ Vámonos, que esto ya quedó ___ Le dije, mientras entrábamos a casa.

Después de una media hora de trabajo, el refrigerador estaba funcionando nuevamente y todo volvió a la normalidad en El Cometa.

Otra vez estoy sentado en la parte de atrás, en lo que de día es la sala de la casa. Las ramas de Un Pirú, bajo cuya sombra nos guarecemos, barre con sus puntas la frente del Cometa. La lámina pintada de color crema, rechina lastimeramente. Se queja. Parece decirme. __ ¡Muéveme de aquí que me hacen daño estas ramas! __. No le hago caso. Al contrario, el sonido produce en mí, una especie de aletargamiento, un arrullo hipnótico, algo vago y lejano, como de aquellas puertas gruesas y pesadas de encino, que había en la casa vieja de la abuela, y que rechinaban cada vez que se movían, y yo, acostado en aquellas sus hamacas de pita de seda me adormilaba en el sopor de la tarde.

Descansé buen rato, desperté listo para bajar el equipo para la sesión astronómica de esta noche. Mari se encarga nuevamente como siempre lo ha hecho de instalar la exposición fotográfica. La cuelga del barandal del kiosco. Colocó dos telescopios. Uno apuntando a La Luna y el otro a Júpiter. La gente que pasa se acerca como siempre curiosa a observar. Nosotros dirigimos y explicamos. Se admiran de poder ver las 4 lunas de Júpiter. Hace frío. Aún así la asistencia fue bastante nutrida. Una 60 personas en el lapso de la función.

Camalú B.C. Kiosko, Jardín Exposición; Camalú B.C.

Terminada la sesión, nos fuimos caminando un par de cuadras a casa de Doña Chonita, una señora que en el patio de su casa sirve en las noches unos taquitos dorados, rellenos de carne guisada muy a su estilo casero. Nos la había recomendado un Profesor que llegó con su familia a la observación. Pedí una orden de 4, haciéndomelos acompañar de su respectivo cafecito caliente, que para el frío de esa hora, caía como añillo al dedo. Regresamos a dormir a eso de las 10: 45 PM. La temperatura en el interior del Cometa estaba súper agradable y la oscuridad afuera era completa, así que nos fuimos a la cama como angelitos y no supimos más del mundo exterior.

Camalú B.C. (1) Parque en Camalú B.C.

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